Si tienes claro que con la memoria anual 2019 publicada os resultará mucho más fácil conseguir financiación, lograr patrocinios, aumentar el número de personas socias, captar clientes…pero no encuentras la forma de ponerte en marcha, tengo un plan para ti. 

Pero antes, ¿sabes qué es lo que impide que las iniciativas tengan su memoria a punto a principios de año?

Te explicaré una de mis experiencias…

Hace unos años, estaba a cargo de la comunicación de una asociación como parte del equipo impulsor. Llevábamos 3 años ya en funcionamiento, y sabíamos que la memoria anual nos ayudaría a lograr antes nuestros objetivos. Pero nunca la hacíamos. 

Es así.

Existe una situación clásica de bloqueo, especialmente en la primera memoria, (pero que se repite cada vez que quieres revisar la forma y los objetivos de éstas), que consiste en que las dudas, sumadas al ajetreo del día a día, nos paralizan.

Y acabamos haciendo más caso a lo urgente, que a lo importante.

Así que ahí seguíamos, sin memoria y aún así presentándonos a nuevas subvenciones justificando los proyectos lo mejor que podíamos (redactando secciones de la que debería ser nuestra memoria, pero sin serlo). 

Hasta que un día dije basta.

Tendríamos una memoria anual. Sería imperfecta, pero siempre sería mucho mejor que una memoria inexistente. 

Entonces me puse en marcha, removiendo archivos y haciendo una relación (seguramente incompleta) de las actividades realizadas. Algunas tenían fotos, y otras no. Así quedó en la maquetación. 

Y por fin teníamos memoria anual.

Una memoria que, por cierto, nos trajo muchas alegrías (además de recibir más de una crítica).

Yo soy diseñadora, así que el diseño de la memoria era más que digno, bastante alejado de los archivos Word con Times New Roman de las iniciativas que empiezan.

Aparte de todas las personas que nos felicitaban (que eran muchas), también hubo gente que se sintió ofendida.

Que era «demasiado» para nuestra iniciativa, decían. 

Me hizo pensar.

Y finalmente, la crítica me sirvió para reafirmarme: por más pequeña que sea nuestra iniciativa, tenemos ilusión y energía infinitas, y eso debemos poder transmitirlo mediante un diseño digno, a la altura, que ponga en valor el trabajo incansable de las personas que forman parte. 

Ya está bien de conformarnos con un material cutre por nuestra falsa modestia. 

Si queremos cambiar las cosas, creo que es nuestra responsabilidad usar todas las herramientas que están en nuestra mano. 

No es difícil. Solo hay que conocer algunos trucos. Y dejar de postergar un trabajo que, como bien sabes, es más que rentable. Para acabar teniendo la memoria más perfecta posible, que es la que existe y que puedes entregar con orgullo.

Eso es lo que vas a aprender en este curso.